Hábitos alimenticios de nuestros primeros habitantes
¿Dónde comienza la tradición culinaria de un país? Por sus primeros habitantes. ¿Y quiénes fueron los primeros habitantes de la isla de Puerto Rico? Contrario al pensar de muchos, no fueron los grupos conocidos como los taínos, sino unas personas que llegaron hace mucho tiempo, y que los arqueólogos e historiadores conocemos con el nombre de arcaicos. Sus orígenes en Puerto Rico se remontan a más de 3,500 años antes de nuestra era, y la información existente sugiere que las primeras oleadas migratorias llegaron desde el área en América Central que hoy conocemos como Belize. De ahí navegaron en canoas hasta Cuba, Haití/República Dominicana, y finalmente Puerto Rico. Una segunda oleada migratoria provino de Suramérica hace aproximadamente 4,000 años, encontrándose ambos grupos en algún momento de la prehistoria de nuestra isla.
¿Cómo podemos tener alguna idea de las tradiciones culinarias de grupos que existieron hace más de 5,500 años? Por los restos que dejaron a su paso, y que hoy podemos encontrar e investigar, es decir, mediante el registro arqueológico. Las personas cuando vivimos utilizamos una serie de objetos que pueden durar durante siglos, e incluso milenios, y realizamos un sinnúmero de actividades que pueden ser rastreadas a través del tiempo mediante sutiles remanentes. Una de estas actividades, y una de las principales para la supervivencia humana, lo es el acto de obtener y preparar alimentos. A pesar de que la evidencia concerniente a los grupos arcaicos es fragmentada, escasa y poco estudiada, los rastros de las antiguas tradiciones culinarias de nuestros ancestros se pueden observar en los restos arqueológicos.
Estos grupos eran primordialmente lo que hoy conocemos como comunidades de cazadores recolectores. Esto quiere decir que obtenían su alimentación mediante la cacería, la pesca, y la recolección de moluscos, semillas, frutos y productos de temporada. Sin embargo, la evidencia arqueológica ha planteado una sutil diferencia entre la primera oleada de arcaicos en llegar al Caribe y la segunda. Los primeros dependían en gran medida de la cacería, y menos de la recolección de moluscos y productos del bosque. Su dieta era una muy alta en proteínas, prácticamente igual a lo que se conoce en los grupos gastronómicos de hoy en día con el nombre de “paleo dieta”. Posiblemente estos hábitos alimenticios los trajeron desde su pasado continental, para luego ir poco a poco adaptándose a la vida isleña caribeña.
¿Y cuáles eran los animales que cazaban y se comían los arcaicos? Pues entre la caza mayor destacan el manatí, el extinto perezoso antillano, y la extinta foca caribeña. Si, en el Caribe existía un perezoso, y más sorprendente aún, una foca, prima hermana de la foca monje de Hawaii. La evidencia sugiere que estos animales eran cazados con lanzas con puntas de piedra y caracol, y probablemente se consumían principalmente asados. Todavía podemos encontrar en nuestros yacimientos arqueológicos numerosas acumulaciones de carbón, que son los restos de los fogones donde se asaban o cocían alimentos.
Las segundas oleadas migratorias procedentes de Suramérica tenían unos hábitos alimenticios similares pero diferentes. El registro arqueológico plantea un mayor uso de especies de moluscos, tales como el bulgao y el carrucho, así como distintos tipos de almejas. También hay datos que apuntan a un alto consumo de pescados de arrecife, posiblemente capturados mayormente con redes o con trampas. Según pasaban los siglos, estos grupos comenzaron a procesar alimentos vegetales, y todo tiende a indicar que a cultivarlos. El proceso de adaptación a la isla se completó, y fueron nuevas migraciones de Suramérica las que influyeron en un cambio en la dieta de nuestros nativos. Sobre eso comentaremos en nuestra próxima columna.
Referencias: Samuel Wilson, Archaeology of the Caribbean, Cambridge University Press, 2007; Peter Siegel, ed., Ancient Borinquen, Archaeology and Ethnohistory of Native Puerto Rico, The University of Alabama Press, 2005.